
Cósmicos
*Nube: La presencia de Dios
*Estrellas: La iglesia iluminada con la luz divina
*Sol: Dones divinos
*Mar: Connotación negativa, miedo
Animales
*Fuerzas en la historia, por arriba del hombre, pero por debajo de Dios
*Protagonistas ya sea de algo positivo o negativo
Colores:
*Blanco: Fuerza positiva de la resurrección de Cristo
*Negro: Negatividad
*Rojo: Sangre
Números
*7: Perfección
*12: Algo que está completo
*3.5: Parcialidad
*1,000: Algo propio de Dios
El meollo del asunto es saberlos reconocer e interpretar, y así nos daremos cuenta de que este libro es un texto hermoso que sólo nos habla de amor, de esperanza y de victoria.
La primera parte está conformada por cartas a las diferentes Iglesias de Asia. Para ser más precisos 7 cartas. Y desde el primer momento vemos símbolos, el número 7 nos remite a la plenitud, a la totalidad. Dios le habla no sólo a esas 7 Iglesias de aquel tiempo, sino que le habla a toda su Iglesia de todos los tiempos. El objetivo de estas cartas es que nos purifiquemos, que busquemos convertirnos de ese detallito que todavía no podemos superar, que trabajemos más aquella virtud que tenemos abandonada. Algo muy interesante es que Cristo es el autor de las cartas, porque tanto es su amor por nosotros que no se queda esperando a que le hablemos, sino que él toma la iniciativa y se acerca a nosotros. Cada carta es diferente, porque cada uno de nosotros es diferente y necesita escuchar algo distinto, Jesús nos conoce a la perfección y sabe cómo comunicarse con cada uno. Al final de cada carta, Cristo deja la opción abierta, él no nos obliga a convertirnos, sabe que eso es lo mejor para nosotros, pero al final la decisión es nuestra.
Una vez completado nuestro proceso de purificación, estamos listos para la liturgia. Entonces llega la segunda parte del libro, en lo personal mi favorita, la liturgia celestial. Por un momento dejémonos llevar por la situación, imagínalo, llegas al cielo, y lo que primero que ves es un trono, tan hermoso y poderoso que no hay palabras en ningún idioma que logren describirlo. Sentado en él está Dios, gobernando con amor y misericordia cielo y tierra; mientras los ángeles y los santos lo alaban y le dan gloria. Todo es hermoso y perfecto, hasta que te percatas de un detalle que no habías visto al principio, un libro. Te da curiosidad saber qué dice, pero cuando te acercas a leerlo, te das cuenta de que está sellado y cuando pides ayuda, te dicen que nadie puede abrirlo ni saber su contenido. Te llenas de una gran tristeza e impotencia. Entonces, llega un cordero. Hay algo raro, está degollado, pero al mismo tiempo está de pie. ¿Qué puede significar esto? Es Cristo!!! Quien murió y resucitó por nosotros!!! Así que él toma el libro y abre sus sellos. Este libro contiene toda la historia de la humanidad, pero jamás seremos capaces de interpretarla si no es a los ojos de Jesús. A veces pareciera que nuestra vida no tiene sentido, que pasa desgracia tras desgracia y por más que trabajemos las cosas no cambian, no te frustres!!! Esa historia de tu vida sólo tendrá sentido cuando la leas a través de los ojos de Jesús. Entonces te darás cuenta del plan tan perfecto que tiente para ti.
La tercera parte de este hermoso libro es la que menos nos gusta leer, porque es donde leemos todas las dificultades y desgracias. Por eso primero vimos la misa en el cielo, porque sólo con la oración y los sacramentos vamos a poder superar las dificultades del día a día. Uno de los pasajes que destacan entre tantas visiones es la lucha entre la mujer y el dragón. Una mujer, vestida de sol, es decir vestida de Dios y sus dones, está embarazada, y no sólo eso, está a punto de dar a luz. Enseguida, aparece un gran dragón rojo, es decir una bestia muy poderosa y sanguinaria cuyo objetivo es matar al primogénito de la mujer. Entonces, ¿qué pasa? la mujer da a luz a un varón quien le fue arrebatado y llevado hasta Dios, mientras que la mujer es llevada al desierto donde es alimentada por 1,260 días. (el equivalente a 3.5 años, es decir, sólo un tiempo). Y el Dragón frustrado al no poder completar su obra se tiene que enfrentar al arcángel Miguel y a sus ángeles y es derrotado. Así es nuestra vida todos los días, tenemos problemas, enfermedades, dificultades, pero al final Dios viene en nuestra ayuda y SIEMPRE sale victorioso.
Finalmente, en los últimos capítulos de este maravilloso libro se nos describe la Jerusalén celestial. En esta nueva Jerusalén todo será nuevo, porque ha sido renovado con la resurrección de Cristo, es la casa que Dios ha preparado con tanto amor para nosotros. Por fin se cierra la alianza que no se romperá porque en el cielo no hay males ni limitaciones. Y es cuando nos damos cuenta de que todos esos problemas, luchas, enfermedades cobran sentido porque nos permitieron llegar hasta la presencia de Dios, para verlo tal cual es y amarlo para toda la eternidad.
En conclusión, sólo me queda decir que Dios está siempre con nosotros, nos ama con locura y busca ante todo nuestra felicidad. Somos nosotros los que a veces no queremos verlo o decidimos alejarnos, sin embargo, como nos lo enseña el libro del Apocalipsis, Jesús siempre viene a nuestro encuentro para que cada vez nos purifiquemos más de nuestras limitaciones y lleguemos a gozar un día de la patria celestial.
Su majestad Espíritu Santo sabe hacer bien su chamba EN TI, excelente post muy sencillo de digerir para todos; ánimo, sigue adelante poniendo al servicio del patrón esos dones tan bonitos, sabes cuentas conmigo y oro por ti... ;) Tu fan #1 Ivan SC.
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