
Pero ¿cómo se formó la Biblia? Para empezar no se trata de un solo libro, sino de 73 diferentes libros distintos escritos a lo largo de 1,500 años. Actualmente la dividimos en dos partes, el Antiguo Testamento, donde se nos narra la historia del pueblo de Israel desde la creación hasta antes de la venida de Jesús, y el Nuevo Testamento, desde el anuncio de la llegada de Cristo hasta la muerte del último apóstol.
Cuando decimos que la Biblia es Palabra de Dios, es una verdad absoluta, sin embargo, no podemos afirmar que los autores sagrados entraron en una especie de trance antes de escribir, o que fueron poseídos de alguna forma por Dios para plasmar por escrito su palabra. Fueron personas como tú y como yo, con una experiencia profunda de Dios y dentro de su realidad escribieron esos textos. Esta es una de mis características favoritas de la Biblia, el pensar que Dios toma en cuenta nuestra realidad para transmitir su mensaje. Y lo sigue haciendo hasta nuestros días, si bien, a la Biblia no le hace falta un versículo más, Dios todavía sigue hablando a través de cada uno de nosotros, y se vale de nuestras mismas experiencias, e incluso limitaciones para transmitir su mensaje. Pero también nosotros debemos ser embajadores dignos, estar llenos de humildad para escuchar su mensaje y transmitirlo a los demás y así su Reino llegue a todos lados.
En la Biblia encontramos libros de todo tipo, poemas, relatos, cantos, refranes, historias, biografías, etc. Nos narra la historia de Israel que tantas veces se asemeja a la nuestra. ¿Cuántas veces nos hemos sentido poco dignos de nuestra misión, como Moisés? ¿Cuántas veces no somos causa de división entre los que nos rodean como los habitantes de Babel? O ¿A quién no le ha pasado el sentirse frente una situación tan complicada como David frente a Goliat? ¿O el sentirse lleno del amor de Dios como María? Con sus parábolas y sermones, pareciera que Jesús está viendo nuestra situación actual. Y por si fuera poco, no importa cuántas veces leas un pasaje siempre da un mensaje nuevo. ¿Por qué pasa esto? Porque la Palabra de Dios está viva, Dios mismo está vivo y nos habla todos los días.
La invitación te la sigue haciendo Dios hoy una vez más, anímate a desempolvar la Biblia que tienes en casa. Atrévete a escuchar su voz, él tiene las respuestas que necesitas. Él siempre está buscando pretextos para estar contigo, para llenarte de su amor ¡aprovéchalo! Platica con él, pídele consejo, alábalo, pide perdón o da gracias. Aprende de la vida de Jesús y de tantos personajes ejemplares, también aprende de sus errores, ellos como tú y yo alguna vez le fallaron a Dios, pero encontraron en él la fuerza para salir adelante. Sólo es cosa que te decidas, Dios está ansioso de charlar contigo, date la oportunidad y te lo prometo, no te arrepentirás.
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