
Sin embargo se nos olvida que hay alguien quien nos quiere sin importar si sacamos buenas calificaciones o no, si vestimos a la moda o no, si tenemos cuerpazo o somos abrazables... Dios. La definición más corta y a mi parecer más hermosa de Dios, nos la dio Juan en su primera carta hace casi 2000 años: "Dios es amor” (1Jn 4, 8). Y no amor como a veces lo percibimos, un amor con fecha de caducidad o sujeto a términos y condiciones. El amor de Dios es como él mismo, perfecto, infinito, incondicional.
Es impresionante como a lo largo de la Biblia, desde la primera página hasta la última, Dios se desborda de amor por nosotros. Por ejemplo, en la creación, el amor verdadero no puede vivir dentro de sí mismo, es por eso que Dios crea el universo para tener a quien darle su amor. Si seguimos, vemos a Abraham, a quien Dios escogió para hacer de él una gran nación. En ningún momento se nos dice si Abraham hizo algo para "ganarse" a Dios, simplemente confía en Él (Gn 12, 1ss). Otro personaje en quien Dios demuestra su gran amor es Moisés, quien a pesar de ser tartamudo, se deja amar y solo así lleva logra llevar a buen término su gran misión. Y no nos olvidemos de los profetas, personas como tú y yo, escogidas para llevar el mensaje divino a los demás. Por mencionar a uno, tomemos a Jeremías, cuando se nos narra su vocación, el pasaje dice: "Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones” (Jer 1, 5). Dios te escoge y te ama desde antes de tu nacimiento!!!! Ninguno de nosotros es "casualidad" o “un accidente", somos parte del pensamiento de Dios y producto de su amor, y como tal debemos llevar nuestra vida.
Personajes en el antiguo testamento hay para aventar para arriba, pero en la Biblia, y en cualquier otro lugar, la muestra más grande de amor de Dios por nosotros, es Jesús. Él mismo nos lo dice, "no hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Jesus se dio completito. Durante su vida, predicando, haciendo milagros, perdonando pecados... A pesar de que él podía haberse quedado en el cielo y con solo su palabra darnos la salvación, decide hacerse uno de nosotros, y así nos sea más fácil entender su voluntad para nuestra vida. Y ¿cuál es la culminación de tan hermosa entrega? La cruz. "Nadie me quita la vida, yo la doy porque quiero" (Jn 10, 18); Jesús decide entregar hasta la última gota de su sangre por tu salvación. Te ama tanto que no soportaba la idea de no tenerte a su lado por toda la eternidad en el cielo, así que pagó lo que vales, toda su sangre.
Dejémonos de una buena vez de andar mendigando amor, Dios te ama tal y como eres, de lo contrario te hubiera creado diferente. Sólo falta una cosa, ¡déjate amar! Créetela, eres la persona más maravillosa, con el Padre más maravilloso; así que deja tus roñas y empieza a vivir en consecuencia. Una persona que se sabe amada es feliz, y es capaz de amarse a así mismo y darse a los demás. Hoy te reto a que te dejes llenar por el amor de Dios, ama y déjate amar, ese es el verdadero secreto de la felicidad, tanto tuya como de quienes te rodean.
Comentarios
Publicar un comentario