¿PARA QUÉ DEBERÍAMOS TENER SIEMPRE TIEMPO?

Me di cuenta que ya hace más de dos meses que no escribo... Y me pongo a pensar en las razones, de primera instancia se me viene a la mente la visita de un gran amigo que me tuvo un tanto distraída unos días; también le podría echar la culpa a mi reciente cambio de domicilio, o al proceso de adaptarme a una nueva rutina. No cabe duda que para poner pretextos somos buenísimos, pero cuando se trata de ponernos las pilas, otra es la historia.

Seguramente les ha pasado, cuando se trata de ir a una fiesta o de visitar a alguien muy querido, rápido cuadramos agendas y hacemos que suceda. O cuando estás en el trabajo y te dicen que por algún resultado te darán un bono adicional, dejan de importar las horas extra con tal de tener ese dinero extra. Ah! Pero cuando mamá nos manda a misa o a rezar el rosario.... O cuando la consciencia te dice que ya hace rato que no escribes... :p Qué bueno que tengamos muchas actividades, Dios no nos creó para venir a echar la flojera todo el tiempo, lo único que debemos tener siempre en mente es el equilibrio.

Nuestra vida y nuestra realización yo la divido en tres grandes bloques, nuestra relación con los demás, con nosotros mismos y con Dios. Ninguna más importante que la otra sino en perfecto balance. Imagínate estar todo el día en la tertulia sin tener tiempo para un padre nuestro o para un momento solo para ti? O vivir día y noche frente al santísimo sin llevar a la práctica las enseñanzas de Jesus de servir al prójimo? El equilibrio es fundamental pero no siempre sencillo. Haz un examen de conciencia, cada cuánto te acercas a los sacramentos o haces oración? Dentro de tu rutina tienes momentos donde haces un alto para analizar qué estás haciendo bien y que te gustaría mejorar? Como tratas a los que te rodean, tanto conocidos como desconocidos? 

La verdad Dios nos la pone muy fácil. Toda nuestra vida debería resumirse en un verbo: amar. Ama a Dios por ser quién es, te dio la vida, seres queridos e innumerables cosas más. Platica con Él, nadie ama lo que no conoce, atrévete a conocerlo mejor, cuéntale tus alegrías y tus penas, pídele ayuda y perdón, dale gracias, en fin, hazlo tú mejor amigo. Hasta la fecha no he conocido a nadie que se haya arrepentido de tener una relación estrecha con Dios.

Ama a tu prójimo, lo conozcas o no. A ese jefe insoportable o a ese maestro que solo se dedica a hacerte la vida imposible. Ama a tu familia, aunque no siempre estés de acuerdo con como piensen. Ama a tu pareja y a tus hijos son el regalo y la responsabilidad más hermosa que te dio Dios. Ama al desconocido de la calle, salúdalo, no sabes qué problemas tiene, probablemente necesita tu sonrisa para soportar un día más.

Ámate! Jesus lo dijo muy claro: "ama a Dios con todas tus fuerzas y a tu prójimo como a ti mismo". Nadie puede dar lo que no tiene, así que deja atrás tus inseguridades y dudas y ámate. Celebra tus logros y corrige tus faltas, sé consciente que eres la creación más hermosa de Dios, pero que no se te olvide que el de al lado también lo es. Llénate de amor para que seas capaz a tu vez de darlo a los demás.

Así que ya lo sabes, y si ya lo sabías, te lo recuerdo, el amor es el secreto de una vida plena. Deja de poner pretextos y ama hasta las últimas consecuencias, así estarás seguro de haber invertido de la mejor manera el tiempo que Dios nos regala en esta tierra. Ya lo dijo muy elocuentemente San Agustín: “ama y haz lo que quieras”.


Comentarios